Y aunque no haya dado señales de vida bloguera si he dado a la aguja, he cosido y mucho.
En noviembre os enseñaba una sudadera que le había hecho a Mecía. aquí, me gusto tanto el resultado que decidí repetir pero esta vez sin capucha.
Me puse manos a las obra y con la ayuda de Carmen, mi profesora de costura, disminuimos el escote de la sudadera, por que al no llevar capucha le quedaba muy abierto y le caía del hombro, con lo que no le era muy cómodo.
Tengo que decir que a pesar de que me gusta mucho llevar a mi hija a la moda y que me dejo influenciar muchisimo por lo que se lleva en cada momento, nunca le pongo una prenda a mi hija de la que ella me diga que no es cómoda, podre pasar a la hora del "no me gusta", pero no cuando dice "me molesta".
Aunque en la negra primero cosí delantero y espalda, en esta probé a hacer el montaje tal como aconsejan en el libro de Oliver and S y la verdad es que me resulto más fácil.
Al final tuve que hacerle una pequeña pinza en el delantero por que a pesar de haber disminuido el escote le seguía quedando un poco grande.
Al ser punto decidí rematar las costuras con un pequeño zig-zag para que a la hora de estirar la puntada diera un poquito más de si.
Quitado hilvanes y con una buena plancha a baja temperatura, termine la sudadera y me puse con la diadema.
Decidí no complicarme mucho, un poco de calceta y lo cosí doble para que tuviera algo de cuerpo.
La pase una hebra de la lana para imitar una lazada y la pegue directamente con la pistola de silicona.
Con todo ya terminado, ¡¡¡¡¡estrenamos!!!!!.
Y así de feliz se veía a mi hija ese día.
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